María y Samu se encuentran con un delincuente poco corriente que encarga grandes cantidades de comida a hoteles y restaurantes, pero nunca paga por ella. María y Samu intentan que confiese, pero hay un problema mayor. Niko sigue preparándose para la revancha. María intenta por todos los medios recuperar su carrera, pero las cosas vuelven a complicarse en casa. Niko se queda sin casa por una deuda de alquiler, y la relación de Maria y Ess vuelve a ponerse a prueba. Essi apoya a María en su sueño de boxear, pero ahora se siente como una extraña en la familia Pudaste.